El arqueólogo Barry Clifford pide ayuda a la Universidad onubense para comprobar si los restos hallados son los de la nave de Colón
Cristóbal Colón perdió en La Española (actualmente Haití) una de sus tres naves tras su llegada al Nuevo Mundo: la nao Santa María, que encalló en un banco de arena. Los 39 hombres de la expedición que naufragaron en la Nochebuena de 1492 se quedaron en esas costas y construyeron con parte de sus restos el fuerte de La Natividad, arrasado al poco tiempo después. 522 años más tarde, los grupos de investigación de Geociencias Aplicadas e Ingeniería Ambiental y de Mundialización e Identidad de la Universidad de Huelva se han marcado el reto de averiguar si el pecio y los restos del barco hallados en aguas caribeñas por el arqueólogo submarino Barry Clifford pertenecen a la emblemática nave que marcó el curso de la historia.
Barry Clifford ha pedido apoyo a los investigadores onubenses para que su descubrimiento no quede en saco roto. El experto halló en 2003, a ocho kilómetros de donde se levantó el fuerte de La Natividad y siguiendo las indicaciones de las cartas de navegación de Colón, el pecio de un barco y una sección de un lombardo o cañón característico de las embarcaciones del siglo XV.
Clifford puso la información en conocimiento de la Universidad de Indiana (EE UU) cuyos investigadores apuntaron a que podría tratarse de la Santa María. Pero su hallazgo se topó con el portazo de la Unesco que argumenta que no está suficientemente probado que los restos hallados correspondan al histórico barco. Por ello, los investigadores de la Universidad onubense se han aventurado al desafío de presentar un nuevo proyecto ante la Unesco para tratar de esclarecer si los restos descubiertos pertenecen originariamente a la nave en la que viajó Colón.
Barry Clifford, el arqueólo que realizó el hallazgo, está preocupado por la falta de protección de la nave hundida
“La versión de la Unesco es que probablemente la Santa María esté bajo tierra a cuatro millas de distancia, algo que ningún científico apoya”, explicó Clifford, quien ha advertido de que los restos están “deteriorándose y siendo objeto de expolio”. «Nadie protege en Haití unos restos de este calado porque es un país pobre donde la Santa María no es la principal preocupación”, explicó este martes el arqueólogo submarino en Huelva. Clifford ha reclamado protección: “El primer ministro estaba a favor de la salvaguarda de los restos pero ha dimitido y por eso estoy en Huelva para pedir ayuda”. El pecio se encuentra a escasa distancia de la superficie y eso propicia su acceso y saqueo.
El profesor Juan Antonio Morales, del grupo de Geociencias Aplicadas e Ingeniería Ambiental concretó cuál es la implicación de los investigadores de Huelva en el proyecto: “Hay un barco sin protección porque a ojos de la Unesco no está probado que sea la Santa María. Por eso nuestra aportación irá encaminada a arrojar luz para comprobar si efectivamente es o no es ese navío”. Morales ha subrayado: “Solo veo una realidad, que hay un barco que puede ser nuestra nave emblema y que está siendo actualmente expoliado porque no se admiten las pruebas presentadas hasta el momento”. «Es por ello», recalca el profesor, «que la Universidad y la sociedad onubense tienen la obligación de aportar claridad científica a este asunto”.
Este investigador cree que detrás del rechazo de la Unesco a las pruebas aportadas por Clifford puede haber consideraciones políticas “porque la Universidad de Indiana no firmó la convención de este organismo internacional a diferencia de España”. De ahí, que Juan Antonio Morales insista en que su proyecto cumplirá “con los protocolos de investigación establecidos” por la Unesco. El grupo de expertos onubense tiene intención de trasladarse a Haití una vez que el presidente de este país autorice la expedición.